Los requerimientos vitamínicos para el embarazo son importantes desde antes de pensar en un embarazo porque el cuerpo se bebe ir preparando para recibir a nuevo ser, incluyendo una dieta equilibrada que contenga todas las vitaminas esenciales para un buen embarazo. En el caso de que la alimentación sea considerada deficiente el médico ginecólogo podrá prescribir un complejo vitamínico, por ello es importante recurrir al médico inmediatamente después de sospechar un posible embarazo.

El ácido fólico es una vitamina esencial que debe tomarse antes de la búsqueda y como mínimo tres meses antes de quedar embarazada. Esta es una vitamina que previene los defectos del tubo neural que se forma en el feto en las primeras semanas, por ello la importancia del ácido fólico desde antes de quedar embrazada. El ácido fólico forma parte del complejo vitamínico B, presente en alimentos como las semillas de girasol, las frutas cítricas, el maní o las lentejas.

Además del ácido fólico también son importantes el hierro y el calcio. El hierro es importante porque conjuntamente con el oxigeno ayuda a la producción de la hemoglobina que ayuda al transporte del oxígeno. La embarazada utiliza la mitad de su hierro para aumentar la cantidad de sangre y el resto lo usará el feto y la placenta para poder desarrollarse. El hierro se presenta en la carne roja, las lentejas, la espinaca, el hígado, los porotos de soja y las almejas entre otros.

El calcio ayuda a mantener la salud de los huesos y los dientes. Para proveernos de calcio podemos ingerir leche descremada, yogur, ricota y quesos duros. Pero para no aumentar el nivel de grasas es recomendable consumir siempre los productos lácteos desnatados y llevar una dieta saludable y equilibrada con todas las vitaminas y únicamente recurrir a un suplemento vitamínico si el médico obstetra así lo indica. Ninguna persona puede automedicarse y mucho menos una embarazada, además aunque se trate de vitaminas, un exceso de ellas puede ser perjudicial para la salud de la mujer y la de su bebé. Por ello ante cualquier duda siempre se recomienda hacer una consulta con el médico de confianza.