Dependiendo de los kilos que hayas aumentado va a resultarte más fácil bajar de peso pero si has aumentado mucho de peso deberás tener paciencia para deshacerte de esos kilos de más. De todos modos tranquilízate porque es posible volver al peso anterior al embarazo si cuidas tu alimentación. Comienza por beber suficiente cantidad de líquido. El líquido incluye la ingesta de agua, caldos desgrasados, infusiones sin azúcar, jugos recién exprimidos, licuados de frutas con leche desnatada. No excedas los dos litros de líquido al día.
Todo exceso es maligno y en lugar de aportarte un beneficio te dañará el aparto renal. Ingiriendo líquido ayudarás a que tus mamas produzcan mayor cantidad de leche. Durante la lactancia si bien no está permitido realizar una dieta para adelgazar, el amamantamiento te está ayudando a deshacerte de esos kilos de más. En este momento necesitas energía, por ello ingiere hidratos de carbono consumiendo cualquier tipo de pastas, papas y harinas pero de forma medida. De este modo nivelas el azúcar en la sangre.
También necesitas proteínas provenientes sobre todo de las carnes rojas magras, huevos y productos lácteos desnatados.
Las fibras deben ocupar un lugar importante porque te aportan efecto contra el estreñimiento. Para ello consume abundante fruta con su piel y vegetales. Haz al menos cuatro comidas importantes al día con porciones moderadas.
En este momento o es aconsejable que realices actividad física sobre todo si tu parto ha sido mediante una cesárea. Ordena tu alimentación ingiriendo todas las comidas incorporando todos los nutrientes y en un tiempo prudencial podrás comprobar que has recuperado tu silueta después el parto. Si bien no puedes hacer determinados ejercicios físicos, si llevabas una vida sedentaria a partir de la llegada de tu niño, la actividad física la vas a realizar casi sin darte cuenta.
