Hacernos un Papanicolao es importante y de forma periódica una vez al año sobre todo las mujeres sexualmente activas a pesar de que muchas mujeres dejan de hacerlo por una cuestión de sentirse incómodas con solo pensar que deben asistir al ginecólogo. Pero es evidente que tanto el Papanicolao como la colposcopía y la mamografía son estudios de rutina que la mujer debe hacerse periódicamente a fin de conocer su buena salud uterina. Un diagnóstico temprano resulta importante para descartar cualquier tumor y llegar a buen éxito con un tratamiento temprano.

Ahora bien, de qué se trata el Papanicolao. Éste es un estudio por medio del cual se va a analizar las células del cuello uterino para comprobar que éste presenta buena salud o de lo contrario presenta formaciones anómalas. Para realizarse el Papanicolao la mujer deberá ubicarse sobre la camilla en posición ginecológica para que el ginecólogo pueda abrir el canal que comunica la vagina con el útero por medio de un espéculo para tomar muestras del cuello uterino previa limpieza de la zona. 
Estas muestras las extenderá sobre una lámina de vidrio a fin de examinarlas a través de un microscopio. El Papanicolao permite detectar si se ha iniciado una mutación de las células cancerígenas que darán lugar al cáncer de útero. Este es un estudio que no requiere otra preparación que la abstención de haber mantenido relaciones sexuales en las veinticuatro horas previas al emanen ginecológico.

El Papanicolao puede dar un resultado anormal por varias razones ya sea por la infección a causa de un herpes vaginal o un HPV. En el caso de detectar displasia vaginal, se percibirá la serie de células anormales que podrían volverse cancerosas y en otros casos signos de un cáncer avanzado. El Papanicolao en estos últimos casos no resulta suficiente para determinar un diagnóstico seguro, por lo tanto el médico ginecólogo sugerirá la realización de una Colposcopía. Este estudio es muy parecido al Papanicolao, pero con la diferencia que se extraerán muestras del cuello uterino para analizar. 
A estas muestras se les agrega un químico para que resalte las áreas anómalas y se observarán a través de un colposcopio (un microscopio para observar los tejidos) También puede requerir una toma de fotografías o una biopsia dependiendo de cada caso.